¿Qué son las metodologías ágiles?

Las metodologías ágiles sirven para aplicar los preceptos establecidos en la administración ágil de proyectos. Se trata de una variedad de métodos que se utilizan para lograr cumplir con cada fase, aumentar la productividad del equipo y reducir los costos.

Muchas empresas que buscan optimizar los procesos involucrados en la consecución de sus proyectos, encontraron en la gestión o administración ágil de proyectos la mejor opción. Sirve, incluso, para crear un flujo de trabajo que permite resolver diversas necesidades.

Conociendo detalladamente los procesos, desde que se plantea un proyecto hasta que se concreta, se busca dilucidar lo relacionado con los diversos métodos o metodologías que existen para cumplir con este cometido efectivamente. Por ello, es importante descubrir de qué se tratan las metodologías ágiles y cuántos tipos existen.

¿Qué son las metodologías ágiles?

Utilizando un enfoque incremental e iterativo para gestionar cualquier proyecto, se crearon una serie de técnicas que son utilizadas para su administración y que se concentran en el término Agile, también conocidas como metodologías ágiles. Sirven para brindar flexibilidad cuando se requiera hacer cambios en cualquier fase o proceso.

Entre las ventajas más sobresalientes al usar las metodologías ágiles se destaca el ahorro en tiempo y en costos, además del aumento en la motivación de los miembros del equipo. Con ello se logra un trabajo de mayor calidad y con más eficiencia, eliminando características innecesarias y percibiendo rápidamente errores o problemas.

A medida que se van desarrollando las metodologías que se aplican a la gestión ágil, se va definiendo el proyecto, por lo que no es necesario planificarlo ni diseñarlo por adelantado. De esta manera, los miembros del equipo trabajan cumpliendo períodos específicos, mientras van ejecutando una serie de tareas.

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¿Cuáles son los tipos de metodologías ágiles?

La metodología ágil es particular por sí misma y se centra en la aplicación de los principios de la administración ágil de proyectos. Pero, también es posible adaptar otras metodologías que han surgido para poder realizar proyectos más efectivos y con menos complicaciones. Entre los métodos más populares se encuentran:

Kanban

Se trata de una metodología que se planteó a principios de la década de los 50 en el siglo pasado, para garantizar el cambio evolutivo y las mejoras continuas. El equipo cumple con las tareas una tras otra. Esto implica que el trabajo en curso debe limitarse a empezar con algo nuevo cuando una asignación anterior haya sido entregada.

Partiendo de la visualización y limitación del trabajo, Kanban se destaca por gestionar el flujo de trabajo, proponer políticas de procesos explícitas, mejorar colaborativamente, respetar el proceso y los roles, así como por preferir cambios evolutivos y progresivos para mejorar continuamente.

Scrum

La metodología Scrum fue creada en 1995 y se basa en las iteraciones de proyectos de duración fija. Brinda una serie de herramientas y roles para ver el progreso y analizar los resultados de un proyecto. Su finalidad es ayudar a los equipos para que entreguen productos de valor, de la manera más productiva y creativa posible.

Este método divide los proyectos en periodos fijos llamados sprint, en donde se organiza y gestiona todo lo relacionado con el producto. Establece una lista de tareas conformada por los elementos que se necesitarán desarrollar para un producto y requiere diariamente de una planificación, revisión y análisis de cada sprint.

Scrumban

A partir de 2009, las mejores prácticas de las metodologías Scrum y Kanban se fusionan en este método, con el objetivo de incrementar la productividad de los equipos y, al mismo tiempo, disminuir cualquier desperdicio que se pudiera generar. Todos los miembros del equipo tienen las mismas oportunidades para elegir o tomar decisiones.

La metodología Scrumban es excelente para proyectos a largo plazo y se destaca porque no necesariamente deben tener un vencimiento. Generalmente, los sprints se trabajan en períodos de dos semanas, con la finalidad de que el equipo se pueda centrar en las tareas de cada uno, para luego pasar a las fase de revisión y reiteración.

Existen otros métodos de trabajo que se utilizan específicamente para el desarrollo de software, pero que pueden ofrecer ideas a otras áreas. Estas metodologías son Crystal, Evolutionary Project Management (Evo), Feature Driven Development (FDD), Adaptive Software Development (ASD), Lean Development (LD) y Lean Software Development (LSD).

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Optimizar los procesos de los proyectos es una tarea que fácilmente se realiza con la aplicación de las metodologías ágiles, que buscan crear flujos de trabajo más eficientes y poder cumplir con los tiempos establecidos para cada fase, ahorrando costos y favoreciendo la productividad del equipo de trabajo.

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